Mar Y Miel: A Regenerative Process
When you ask yourself what regenerative agriculture is, you search the internet and after reading several documents, the question remains: how long does soil take to regenerate? This is actually a question that does not have a conclusive answer.
According to the Real Academia Española (RAE), regenerating is about the process to get something to recover its shape or state, to carry out a treatment so that a material can be reused or to get a person to put aside harmful behaviour.
To apply this definition to our soils is to speak of the response of life when resuming biological processes, so it cannot be pigeonholed into precise stages in time. Everything is in motion.
The microbiological phenomena required for the regeneration of soils are not at all certain. Differentiating the beginning and the end is almost impossible, a path of uncertainty, in which healthy crops are indicators of success. This is not an immediate process, nor is it sudden or abrupt, it is not overnight.
Regenerative agriculture is a transition process, where not only biological processes are involved, but also communities. The damages that agrochemicals have generated, such as physical and biological erosion and chemical leaching, produce great economic and health impacts on consumers in cities and the rural population.
We cannot ignore that one of the industries responsible for generating the most carbon dioxide is agriculture under the traditional models of monoculture, accompanied by livestock.
Located in Chomes de Puntarenas you can see a road that crosses the town where we are, running in the direction of an industrial agricultural plant, which is the end. The highway is traveled by cargo trucks full of monocultures, mostly sugarcane. They go at full speed through extensive paddocks, shrimp farms and salt mines. They travel to the factory to unload their product on a ship, to be transported worldwide.
Where we are located,The state of the soil that surrounds us suffers, not from an abandonment, but from an exploitation that The Green Revolution left marked as large arid and infertile fields, seeing the community immersed in a constant loss and decline of the knowledge that form it.
Mar y Miel community garden is a proposal that uses regenerative agriculture to produce food in a way that is economically viable, accessible to the populations, nutritious and at low cost. For this we propose a beginning, not as uncertain as that of microbiological processes, but also progressive and evolutionary: education.
We start from the fact that, by working with our community, we work our land. This means the revival of our legends, festivals, traditions and wise people who live in the community. Knowing our roots and our ancestors invites us to generate links that are key tools for growth in social and environmental awareness. We know that not everything that encompasses rural culture and tradition is light and clarity, so the hundreds of years of submission, invisibility and devaluation of women places us in a position to rethink the rural culture from a gender perspective, thus we understand women in the community garden as essential pillars.
I often have to answer the question of what regenerative agriculture and food security have to do with ships. How does this program integrate with a shipyard, or with maritime cargo, or even with the sea?
The World Bank estimates that the naval industry as a whole is responsible for approximately 2.2% of all global greenhouse gas emissions with about 800 million tons per year. Agriculture emits about a quarter of greenhouse gases, according to the FAO. The state of food security and nutrition in the world cites climate change as a key factor in the increase in the number of people who suffer from hunger; a figure that reached more than 820 million in 2018. In other words, in simpler words, choking, suffocating in CO2 and dying gradually seems to be the slogan of capitalism on our tombstone.
What is a place that builds wooden boats and clean energy cargo ships doing promoting community gardens? Well, to envision a different future, for this we need proposals that go beyond the severe myopia of individualism. When we talk about cargo sailing ships, the construction of small wooden boats, we talk about trees, forests, restoration, soil regeneration, environmental education, agroecology, community, etc.. I can continue to name everything involved in being able to propose a regenerative system. I could also go on about the problems with the transportation industry. In order to produce on our lands in a responsible way, what we would need to export and import would be completely different, and much less.
The community and the land are so impacted by exploitation, but in one way or another they have never let us down when we cared for them. Regenerative agriculture is an extensive process as we said, but it is full of the warmth of our Central American people, who have never tired of smiling. Far from wanting to romanticise work in the fields, we want to get closer and propose food security and soil regeneration as a base. Small yes, but essential for the sovereignty of our communities and revival of our culture. That which is the base of diversity, social and agroecological, in order to be able to follow our path to a regenerative future.
Mariel Romero.
MAR Y MIEL: UN PROCESO REGENERATIVO
Cuando una se pregunta qué es agricultura regenerativa, después de investigar, lo primero que se le viene a la mente es: ¿Cuánto tarda un suelo en regenerarse? siendo esta una pregunta que no tiene respuesta contundente.
Según la RAE regenerar se trata del proceso para lograr que algo recupere su forma o estado, realizar un tratamiento para que un material pueda reutilizarse o conseguir que una persona deje de lado una conducta dañina.
Al aplicar esta definición a nuestros suelos, hablamos de la respuesta de la vida de retomar procesos biológicos, por lo que no puede ser encasillada en etapas basadas en el tiempo. Todo está en movimiento.
Los fenómenos microbiológicos que requieren la regeneración de suelos no tienen nada de certeros, diferenciar el principio y el fin es casi imposible. Un camino de incertidumbre donde lo que podemos reconocer como indicadores son las cosechas sanas. Esto no es un proceso inmediato, ni repentino o abrupto, tampoco es de la noche a la mañana.
La agricultura regenerativa es un proceso de transición, donde no solo se involucran los procesos biológicos, sino también las comunidades. Los daños que han generado los agroquímicos, como la erosión física, biológica y la lixiviación química, producen grandes impactos económicos y de salud en los consumidores de las ciudades y población rural.
No podemos dejar de lado que una de las responsables de generar más dióxido de carbono es la agricultura bajo los modelos tradicionales de monocultivo, acompañada de la ganadería.
En nuestro ecosistema, ubicado en Chomes de Puntarenas, se puede observar, una carretera que atraviesa el pueblo donde nos encontramos. Esta va en dirección a una planta agrícola industrial, que es el final. La carretera es transitada por camiones de carga llenos de monocultivos, en su mayoría caña, que se dirigen hacia la fábrica para descargar su producto en un barco, para ser mundialmente transportado.
El estado del suelo que nos rodea sufre, no de un abandono, sino de una explotación que la Revolución Verde dejó marcada con grandes campos áridos e infértiles, viéndose la comunidad inmersa en una constante pérdida y decadencia de los conocimientos y recursos que la forman.
Mar y Miel, es una propuesta que utiliza la agricultura regenerativa para producir alimentos de forma económica, accesibles a las población, nutritivos y a bajo costo. Para esto proponemos un inicio, no tan incierto como el de los procesos microbiológicos, pero también progresivo y evolutivo: la educación.
Partimos de que, al trabajar nuestra comunidad, trabajamos nuestra tierra. Esto significa el rescate de nuestras leyendas, fiestas, tradiciones y personas sabias que habitan en la comunidad. Conocer nuestras raíces y nuestros antepasados nos invita a generar vínculos que son herramientas clave para crecer en conciencia social y ambiental. Sabemos que no todo lo que engloba la cultura y tradición rural, es luz y claridad, por lo que los centenares de años de sumisión, invisibilización y desvalorización de las mujeres nos coloca en una posición de repensar lo rural desde una perspectiva de género, así, entendemos como pilares esenciales a las mujeres en la huerta comunitaria.
A menudo debo de responder a la pregunta: ¿qué tiene que ver la agricultura regenerativa o la seguridad alimentaria con barcos? y de ¿cómo se integra este programa a la oferta de un astillero? ¿qué tiene que ver con carga marítima o qué tiene que ver con el mar?
El Banco Mundial calcula que el conjunto de la industria naval es responsable de aproximadamente el 2,2% de todas las emisiones mundiales de gases contaminantes con unos 800 millones de toneladas al año. La agricultura emite alrededor de una cuarta parte de los gases de efecto invernadero, según la FAO. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo citó el cambio climático como factor clave del aumento del número de personas que pasan hambre, cifra que alcanzó los más de 820 millones en 2018. O sea, en palabras simples atragantarse, sufrir asfixiándose en CO2 y morir gradualmente parece ser el eslogan del capitalismo en nuestra lápida.
¿Qué hace un lugar que construye embarcaciones de madera y barcos de carga de energía limpia promoviendo huertas comunitarias? Pues, envisionar un porvenir diferente. Para esto necesitamos propuestas que vayan más allá de la severa miopía del individualismo. Cuando hablamos de barcos veleros de carga, de construcción de pequeños barcos de madera, hablamos de árboles, reforestación, regeneración de suelos, educación ambiental, agroecología, comunidad y puedo seguir nombrando todo lo que se envuelve para poder proponer un sistema regenerativo. Por otro lado, si produjeramos en nuestras tierras de manera responsable lo que necesitamos exportar e importar, la realidad y el impacto de la industria marítima sería completamente diferente y en menores proporciones.
Nuestra comunidad y su tierra están resentidas de tanta explotación, pero de una manera u otra nunca nos han defraudado cuando se les cuida. La agricultura regenerativa es un proceso como dijimos extenso, pero está lleno de la calidez de nuestro pueblo centroamericano, que nunca se ha cansado de sonreír. Lejos de querer romantizar el trabajo en el campo, queremos acércanos y proponer la seguridad alimentaria y la regeneración de suelos como una base, pequeña sí, pero esencial para la soberanía de nuestras comunidades y rescate de nuestra cultura, aquella que es la base de la diversidad, social y agroecológica que nuestras manos, trabajo, lecturas y sudor pueden intervenir para poder entonces seguir nuestro camino.
Mariel Romero.